jueves, 5 de diciembre de 2013

Ángel de negro


Este texto está basado en un famoso fotograma de la película "El cielo sobre Berlín", en el cual aparece un hombre vestido de negro con unas alas blancas colgando de su espalda, mirando hacia abajo desde un alto edificio. Este relato no guarda ninguna relación con la película.
 
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Ángel de negro


Contemplé el vacío que se suspendía a mis pies, tan lleno y tan hueco al mismo tiempo. El aire helado se quedaba adherido a mi piel y a mis alas. Mis alas. Simples manchas blancas colgando inútiles tras mis hombros.
Las nubes se convulsionaban en un aterrador baile eléctrico, abrazando cada vez con más fuerza las puntas desprevenidas de los rascacielos. Mi túnica negra se mecía con el viento que arrastraba consigo la amenazadora tormenta que en breve descargaría su ira sobre la ciudad. Pero nada de lo que ocurría sobre mí lograba llamar mi atención. Yo seguía con la vista fija en ningún sitio. Porque para mí lo que había más abajo no era ningún sitio.
Los coches gruñían al asfalto y se deslizaban fugaces entre cúmulos de humo y vapor y aglomeraciones de muchedumbre. Todos parecían tener infinita prisa en buscar cobijo. Yo, no.
Respiré hondo. ¿Qué hacer? ¿Tendría razón ese diablillo endemoniado? “Salta”, me había dicho. “Salta, y comprueba si miento, si es cierto o no que ya no puedes volar”. Y yo, tonto de mí, le había hecho más caso del debido. Así que aquí estoy ahora, debajo de una tormenta y encima de una ciudad, en un punto intermedio entre el cielo y el asfalto. Suspiré. ¿Cuánta verdad habría en las palabras de la criatura? Solo había un modo de averiguarlo.
“Vamos”, me dije. “Eres un ángel. Los ángeles tienen alas. Tú tienes alas. Y las alas sirven para volar. ¿Qué podría salir mal?”
Así que con un último suspiro de resignación, di un paso atrás para coger impulso y salté, justo cuando la primera gota de agua se desprendió del cielo.
Intenté mover las alas, como tantas otras veces había hecho, pero estas no me respondieron. Las sentí pesadas y húmedas, pegadas a mi espalda.
Y grité.
 Y caí.
Caí como un muñeco de trapo inservible del que se deshace el firmamento. Caí como un puñado de nada que se arroja desde un balcón. Caí como una lágrima mal disimulada que se pierde en el cuello de la camisa. Caí como solo un ángel contaminado por la despiadada humanidad podía haber caído. Caí porque mis alas ya no me obedecían, porque ya no eran nada, absoluta e irrevocablemente nada, y todo por culpa del mal y el odio que había anidado en mi corazón desde que comencé a tratar con humanos. Así que, simplemente, caí.­
 

Foto: "El cielo sobre Berlín"
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9 comentarios:

  1. Woa... está... está... ¡Precioso! En serio, es simplemente hermoso. Tiene ese toque poético y real que te hace paladear cada palabra, y una idea que bien puede ser real o metafórica. Es bello, en serio, me ha gustado muchísimo.

    "Caí como solo un ángel contaminado por la despiadada humanidad podía haber caído."

    Hermoso, en serio. Me encantó. Eres un genio de las palabras.

    Jey

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    1. ¡Hola! Joo, muchas gracias, Jey ^^ ¡Me alegro un montón de que te haya gustado! Hace ya mucho que lo escribí, pero tenía muchas ganas de subirlo, jajaja.

      Tú sí que eres una genio ;D En serio, ¡un millón de gracias!

      Un besazo enorme,

      Meri

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  2. Simplemente me ha encantado, la forma en que describes cada personaje, cada situación... Es magnífica. Sé que serás una gran escritora, te lo digo de corazón.

    Lurei

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    1. ¡Hola, Lurei! Muchísimas gracias, de verdad ^^ Me hacen mucha ilusión vuestros comentarios. Tú también serías una gran escritora si te lo propusieras!!!

      Un besazo enorme,

      MA.A

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  3. Escribes realmente bien! Es una historia muy bonita y triste. Me gusta mucho el final, cuando repites al inicio de cada oración el mismo principio
    Besos

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    1. ¡Hola, Irene! ¡Muchísimas gracias! =) Me alegra que te haya gustado. Y sí, jejeje, ese es un recurso que me encanta y que utilizo con frecuencia.

      ¡Gracias de nuevo!

      Un beso,

      MA.A

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  4. Esto es lo que busco en un blog. Esto es lo que busco en los mares Internet. Me encantan los relatos, las historias. Me gusta conocer gente que escribe. Por cierto que lo haces muy bien. Me gusto este relato, con tintes oscuros. "por culpa del mal y el odio que había anidado en mi corazón desde que comencé a tratar con humanos" Que gran final. ¿En serio somos tan ponzoñosos los humanos?

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    1. ¡Hola, Fernando!

      Muchísimas gracias. Me alegra una barbaridad que te haya gustado, no sabes cuánto. Y sobre todo, he de darte las gracias también por tu comentario, que no es un sencillo "me gusta" o "no me gusta", sino que explicas el porqué de tu opinión, y eso me ayuda. Me ayuda mucho.

      No sé hasta qué punto somos ponzoñosos los humanos, pero desde luego, nuestro comportamiento roza a veces la letalidad del más terrible de los venenos.

      ¡Gracias de nuevo!

      Un saludo,

      MA.A

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  5. Me gusto mucho el relato ! :D Es una historia triste y fragil, pero en ningun punto deprimente, lo que para mí es dificil de lograr ;) seguire mirando tus otros cuentos :D

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